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Mostrando entradas de febrero, 2009

CARTAS A MI MUJER DIECISEIS

JUEVES, 30 DE OCTUBRE, 10: h Querida, amor mío, amor en general, juntos abiertos en todas direcciones: Hoy es el último día de playa de este viaje, mañana a esta hora estaré viajando hacia Madrid. Espero cosas normales, viajar bien, sin problemas. El saldo, como diría un general victorioso a quien la victoria le haya costado perder muchos hombres, lamentable. Hemos triunfado pero, también, hemos perdido. Pérdidas irreparables, inolvidables, heridas siempre semiabiertas a punto de abrirse en cualquier momento pero, también, hemos triunfado. Dentro de cuatro días habrán pasado cuatro años de la trágica, inesperada muerte de Pablo, nuestro hijo Pablo. Esta carta, en realidad, parece un pliego de condiciones: Es necesario, después de cuatro años, dejar morir a los muertos para que ellos, a su vez, nos permitan comenzar a vivir nuevamente: Con libertad, con soltura, llevándonos al mundo por delante, porque seguimos siendo hermosos y valientes, cualidades que no envejecen ni con la muerte. D

CARTAS A MI MUJER QUINCE

Muy jóvenes, como Paul Eluard, abrimos nuestros brazos a la pureza, pero nosotros escapamos enseguida cuando nos dimos cuenta que lo puro era ciego. Después vino el exilio y era todo muy divertido. Vos seguías siendo una reina como en Buenos Aires, bueno vos no podías dejar de ser una reina. La diferencia con Buenos Aires, que casi se hace una cuestión entre nosotros, era que en Madrid yo, todavía, no tenía trabajo. Pero tampoco fue como creímos en su momento, que tú me pedías algo que yo no tuviera, por envidiosa o cruel. Era que yo, no tenía lo que todo hombre tiene que tener: Un trabajo, billetes de 10.000 pesetas en el bolsillo, y sobre todo confianza en sí mismo, en sus cuentas bancarias. Al principio yo me decía, un hombre así no escribe un verso ni que se cague en Dios. Así, que cuando te ponías así, yo no te pegaba, porque en esa época era un libertario, pero no te daba pelota. Después, cuando me di cuenta que la gente que me rodeaba no tenía ni para darle de com

CARTAS A MI MUJER CATORCE

Estoy contento con todos los trabajos realizados y si, a veces, no estoy contento es porque algún trabajo no se ha realizado. La ambición de las olas: hablar como Freud, cantar como Gardel y follar como nosotros dos, hace unos días, en el baño del hotel, contra el lavabo, mirándote al espejo me metí entre tus nalgas y algo te resististe. No quiero hacer alarde de esas virtudes vegetales, pero mientras te la metía, sentí que murmurabas entre dientes, canciones, melodías lejanas, abiertas notas de cantos insondables y te reías, feliz, enamorada. Mientras te la metía te miraba por el espejo y murmurabas entre dientes: manifestaciones de millones de hambrientos pidiendo pan. Millones de niños infectados pidiendo piedad. Lugares, amada, tiempos del hombre actual, donde las enfermedades que, generalmente, se producen por las vías reproductivas ocupan un lugar preponderante en las oficinas del Estado y nadie se ocupa de nuestro amor. Estamos condenados, te lo dije, estamos condenados a demost

CARTAS A MI MUJER TRECE

Me vuelvo a meter en el mar y pienso que viviendo en España, es para mí todo un récord bañarme en el mar a fin de Octubre y gozo con meterme en el mar y gozo al salir con el sol y el viento, muy parecido a las playas de nuestra juventud, pero debo reconocerlo, siempre me atraviesa un dolor, una incomprensión dolorosa. Como te decía en páginas anteriores: Millones de jóvenes asesinados delante de todo el mundo, millones de jóvenes drogados porque no hay trabajo ni educación para tantos, millones de jóvenes educados mal, por orden de los gobernantes, estupidizados hasta más no poder. Hoy día, cualquiera podría decir con sencillez, “menos mal que existe la familia”. Y algo de razón tendría. El sol es abrasador. Me muero de contento pensando que estoy en el mar a un metro de distancia. Me vivo de contento pensado que muchísimos colegas de todo el mundo están trabajando y yo aquí tomando el sol. Bueno, me digo, alguna vez me tocaba a mí y si me gusta mucho, que me está gustan

CARTAS A MI MUJER DOCE

Yo había nacido en un barrio periférico, nunca tenía fuerzas suficientes para imponer mis ideas, siempre prefería inventar una nueva idea. Después, como ya te dije que no tenía fuerzas para imponer las ideas, las dejaba ahí, ahí, donde estuviera, a la benevolencia o malevolencia de los caminantes del viento. Te amo y te recuerdo, aun en estas tontas digresiones, tan importantes para la humanidad que no termina de enterarse, porque ni yo mismo, hago los esfuerzos necesarios, porque estoy amándote o recordándote todo el tiempo. Y el mundo se hunde, el siglo se termina, pero nosotros no. Nosotros estaremos atados, por mis versos, a las vertientes del hombre que no desaparecen. Por eso que cuando yo te digo que habrá alguna luz para los hombres, te hablo del futuro. De nosotros, de nuestra oscuridad ya se habló hace cien años. Nosotros sólo podemos padecerla.

CARTAS A MI MUJER ONCE

Justo en este momento se me ocurrió una frase un poco rara pero igual la pongo, por las dudas: “Viva Perón aunque Menem decaiga” y en esa frase sentí que había comprendido algo del peronismo, algo de nuestro exilio, algo de la vida en general, también me di cuenta que Menem comienza con las letras de Men-assa y que la partícula separada es capicúa como el nombre de la frase. Espero que me permitas, amada de las tiernas horas donde todos éramos gloriosos porque un destino grande nos esperaba, recordar cuando todos éramos jóvenes y valientes, cada uno a su modo y luchábamos por una patria peronista: Pan para todos, trabajo para los peronistas que éramos todos, educación para todo el mundo también para los niños. Los niños en la Argentina antes de Perón, no existían. A los niños en Argentina, los inventó Perón. Y, eso sí, fundamentalmente por eso éramos muy peronistas: una mujer sería nuestra mente. Una nueva mujer poblaría la historia de mujeres. Su grito de libertad e iguald

PRIMERO LOS CRÍTICOS, DESPUÉS LA DISTRIBUIDORA Y AHORA LA ACADEMIA DE CINE

LA ACADEMIA DE CINE LE LLAMA ERROR ADMINISTRATIVO A UNA INJUSTICIA “El negocio del cine es macabro, grotesco: es una mezcla de partido de fútbol y burdel.” Federico Fellini. “En este negocio, la gente olvida que hacer cine es un arte” Tim Burton. “El negocio del espectáculo es un negocio, si no se llamaría el espectáculo del espectáculo.” Woody Allen. A pesar de haber sido ampliamente advertidos por los grandes, algunos seguimos empeñados en encontrarle el lado bueno a ese asunto con cine. Empeñados en esquivar la omnipresencia unidireccional (el beneficio es siempre para los mismos) de la palabra “negocio”, en hallar el más mínimo resquicio por donde colarnos a lo que de “arte” quede en el cine. Y empeñados, también, en sentido económico y literal, ya que las ayudas o subvenciones del estado están, si no pactadas, al menos “orientadas” de antemano. Y así nos va, cada día descubriendo nuevos y feroces monstruos en lo que, hasta ahora, creíamos simples molinos de viento. El último ha si