Cartas a mi mujer sesenta y siete

VIERNES, 17 DICIEMBRE DE 1999

Segunda parte

Agradezco, como poeta, al Psicoanálisis, que la mujer, que tanto amo, pueda después del Psicoanálisis preguntarse por su libertad, por su potencia creadora.
La Poesía es, precisamente, el alma de lo femenino. Es por eso que el psicoanálisis posibilita que os preguntéis: ¿por qué lo femenino (tiempo de la poesía, residencia de la función poética) antes del psicoanálisis era más fácil para un hombre que para una mujer? y ¿por qué, ahora, después de la Interpretación Psicoanalítica, la mujer puede, si lo deseara, apropiarse de lo que le pertenece desde siempre, la Poesía?
Y hoy día lo sabemos, el hombre ya ha agotado sus posibilidades de liberación y si, aún, había alguna posibilidad de liberación para la mujer, es el psicoanálisis el que lo posibilita.
En 1.900, Freud puede diferenciar con precisión y destreza, una mujer histérica de una mujer.
Esta diferencia permitirá a la mujer, sin ser histérica, decir que NO.
Determinar, a partir de la negación, su propio pensamiento Inconsciente.
Después de la Interpretación psicoanalítica, la mujer podrá ser una mujer sin pertenecer a ningún hombre.
La mujer producía en ese grado de libertad un camino propio hacia el poder, hacia la creación en general.
Agradezco como poeta, a Freud, por haber denunciado la “Doble Moral” masculina, por todos aceptada, como el instrumento más poderoso de dominación del hombre sobre la mujer.
Lo que el hombre conseguía con un simple desdoblamiento de su moral, a la mujer le costaba la enfermedad o el castigo.
Lo que al hombre le daba hasta cierto prestigio social, cuando ocurría en ella, sólo le servía para ser denigrada, aún, un poco más.
Ella misma dudaba de su moralidad cuando deseaba.
Es el psicoanálisis que nos dice: Hombre y mujer, articulados de manera compleja con ser padre y madre, constituyen la sexualidad de todo hombre, de toda mujer.
Todo lo humano puede producirse en Ella.
Ella puede producir cualquier humanidad y, ahora, después del psicoanálisis, lo sabe.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cartas a mi mujer sesenta y nueve

CARTAS A MI MUJER SESENTA Y TRES